Tenía hambre pero no quería comer, tenía sueño pero no quería dormir. No podía pensar en nada más que en que estaba cachonda y quería follar, y vivir en una eterna noche de música electrónica, mdma y goce de los cuerpos en Corsica Studios. No podía pensar en nada más que eso y mi cuerpo no reaccionaba ante cualquier otra cosa además de esa; sexo, mdma y música electrónica. Ordené la tienda como pude, con mal aspecto y sin haber dormido la noche anterior. Como he dicho, no quería ya dormir. Ni vivir. Entregando todos el alma al diablo, y bailando con él. Hasta diría que.. teniendo sexo con él. El chico que escogí estaba fuera de sí, como ido, como anestesiado, juro que no sabía ni donde estaba, ni siquiera me miraba con los ojos, tenía la mirada perdida. Acertó a follarme en los baños, con mi ayuda; no sé ni como podía caminar. Ketamina. No he probado esa mierda ni tengo intención de hacerlo, te fríe el cerebro. Pero aquí en Inglaterra es lo que todos quieren. No se podía apenas hablar con él, porque no estaba allí.. Por otra parte, no es necesario hablar en estos casos, solo bailamos psicodélicamente y después me tocó las tetas, lo que desencadenó el polvo en los baños, lo disfruté, no voy a decir que no, y luego cogí su número por si acaso – por si acaso lo necesito -. Corsica Studios abre hasta las cuatro de la tarde, pero cuando la discoteca acaba y empieza el after los personajes son aún mas grotescos. Sam se había ido hace un rato ya, con la chica que conocimos. Me dijo que fuera con él, y que estuviéramos los tres juntos. Pero ella era tontísima, inteligencia nula, y aunque era guapa y me gustaba… me daba repelús oír esa voz; así que dije que no, de todas formas ya tenía fichado a mi chico. Después del sexo no quería estar más con él, me metí en mi burbuja de techno al lado del dj y después me bebí un vaso de agua y me quedé sentada un rato. Había más chicos interesantes pero ya me daba pereza todo, sabía que tenia que ir a trabajar en pocas horas.

Deja un comentario