Sus ojos azules y turbios de alma atormentada me miraban sin entender. Por qué había hecho eso. Por qué tenía un hematoma en el culo. Por qué había follado con sus cuatro amigos esa noche. Qué hacía en su habitación ahora (…)

Me quité la falda vaquera y me acosté junto a él en su cama. «Just cuddle», me había dicho. Vladimir apagó la luz y la inmensidad de su universo y el mío se quedaron a oscuras. Acaricié su torso perfecto, cada cuadradito de su abdominal y después bajé un poco más. Noté su polla enorme -huge- descansando y la toqué, noté cómo rápido se ponía dura en mi mano y el sentirla tan grande me puso muy cachonda. Me incorporé decidida a chupársela, pero él me paró: me ve sucia ahora, no quiere tener sexo de ninguna clase con alguien así. Me tumba en la cama y me agarra por el cuello con una mano mientras con la otra se masturba, me somete y me retiene con una pierna para que no me mueva. Me pone la polla a la altura de mi cara. Veo su cara y su mano en mi cuello llenarse de odio mirándome, esa cara preciosa – ya ha sacado lo que siente – y se corre en mi cara mientras le miro.

Cambia de opinión por momentos y decide que no quiere que duerma allí. Estaría mal teniendo en cuenta que tiene novia, y no quiere que su compañero de piso me vea allí por la mañana.

Sentado en el borde de su cama, le acaricio el torso y los hombros desde atrás. «I like your nails» comenta, y me pide que le acaricie la espalda – puto bipolar – lo hago. Me fijo en las manchitas que tiene del sol, me encantan, me encanta todo él, sin embargo, estoy bastante upset porque había venido a dormir con él y el hecho de que no me quiera allí me hiere. Cuando me voy a ir me mira con sus ojos profundos y su piel pálida perfecta, suave, enmarcada por su cara cuadrada y pone cara de chico tímido:

– Can i see your pussy? – me pregunta. Ahora quieres verlo. Morboso. Quieres aprovecharte de que estoy ahí y llevarte un recuerdo caliente. Me bajo las bragas y se lo enseño, haré todo lo que él me diga porque me encanta, me acerco a él para que lo vea. Pero sigo molesta porque me haya echado, así que me las vuelvo a subir y me voy.

Al día siguiente me recrimina por snapchat mi mala moral y me dice que no quiere saber nada más de mi.

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